TERREMOTOS
1822
COPIAPO :  11 DE ABRIL
VALPARAISO : 19 DE NOVIEMBRE




TERREMOTO COPIAPO 11 DE ABRIL DE 1822

11 abril 1822, Terremoto COPIAPO (www.sismo24.cl)

Chile venía saliendo de una larga y agotadora guerra emancipadora y preparaba su escuadra y la expedición libertadora al Perú. Nunca la nación ha sido requerida en forma tan drástica y jamás sus hijos han respondido con tanto patriotismo.
Una de las mayores entradas con que contaba el erario nacional eran los impuestos cobrados a la minería de Copiapó. Si bien los grandes yacimientos como Chañarcillo aún no habían sido descubiertos, la ciudad era ya un centro minero de vital importancia para el país.
Es así como el terremoto de 11 de abril de 1822, que asoló a la región, significó un verdadero desastre para la economía nacional, además de la destrucción total de Copiapó.
Ya desde el 3 de abril había estado temblando con gran violencia. Es así como un fuerte movimiento del 4 de ese mes derribó el templo de La Merced, la Iglesia Matriz y casi la mitad de las casas.
Los movimientos e tierra continuaron provocando grietas que despedían emanaciones sulfurosas, aumentando el pánico de los habitantes.
El día 11, a las 22 horas, se produjo un terremoto de gran violencia y poco después sobrevino otro más fuerte aún, que destruyó todo lo que quedaba en pie en la ciudad y que duró alrededor de seis minutos.
En la costa, un maremoto en que el mar salió a más de seiscientos metros, ocasionó cuantiosas pérdidas a los pobladores.
Felizmente, la repetición de los sismos había hecho que los habitantes de Copiapó, aterrorizados, abandonaran las ciudad, con lo que el terremoto ocasionó pocas víctimas.
Sólo meses después, el gobernador José Antonio Mercado, logró que la gente regresara, comenzando la reconstrucción. En esa fecha la ciudad contaba con dos mil quinientos habitantes.
FUENTE: Diario EL DIA de La Serena, columna HOY de Fap (11.04.2001)



TERREMOTO VALPARAISO-SANTIAGO 19 DE NOVIEMBRE DE 1822


19 de noviembre de 1822 (www.shoa.cl)

Segundo terremoto en Valparaíso ocurrió a las 22:15 horas, precedido por varios sismos  precursores que ocurrieron desde el día 14 al 17 y con numerosas réplicas durante los tres días posteriores al terremoto. En Valparaíso se destruyeron la mayor parte de los edificios públicos y alrededor de 700 casas particulares. También hubo gran destrucción en Casablanca y Quillota. El tsunami arribó a la costa de Valparaíso 15 minutos después de ocurrido el terremoto con un retiro de las aguas y un posterior alzamiento del nivel del mar que arrojó algunas embarcaciones menores a las puertas de la Aduana, localizada 3,5 metros sobre el nivel de las altas mareas. Se registraron un total de 3 ondas de tsunami.

Epicentro del terremoto: latitud 33,0° S; longitud 72,5° W
Magnitud estimada: 8,3 Richter
Largo estimado de la dislocación: 220 kilómetros
Variación máxima del nivel del mar: 3,5 metros en Valparaíso

Actividad Histórica: La ubicación del Volcán Maipo en el corazón de la cordillera lejos de regiones pobladas ha sido una dificultad para la observación y registro de la actividad histórica. En 1822 presentó un periodo eruptivo asociado al terremoto de Valparaíso. En 1831 erupción con columna de gases. En 1833, explosión fuerte. En 1908 y 1912 actividad explosiva.


19 noviembre 1822, Terremoto SANTIAGO (www.sismo24.cl)

Pasadas las diez de la noche, la fuerza de la tierra se abatió sobre Chile entre Illapel y Chiloé. Ya dos semanas antes un fuerte sismo había alertado a la población de Copiapó. Pero esta vez fue más intenso, cobrando no menos de doscientas víctimas fatales y otros tantos heridos. Duró tres minutos y medio, pero registró una 170 réplicas menores en los días subsiguientes.

HECHOS RELEVANTES MARCADOS POR EL CRONISTA

1º - Tiene relación con el supuesto avistamiento de un enorme meteorito que habría cruzado los cielos de Valparaíso y Quillota desde la cordillera al mar la madrugada del día veinte, presenciado por numerosos testigos que pernoctaban a la intemperie atemorizados.
2º - Es la afortunada escapada del Director Supremo don Bernardo O'Higgins de morir aplastado por los escombros del Palacio de Gobierno de Valparaíso, donde se encontraba esa noche, siendo sacado a rastras por el ayuda de campo al momento en que todo el edificio se derrumbaba.
3º - Es la ocurrencia de una marejada que destruyó la bahía de Quintero, inhabilitándolo como puerto por largo tiempo.
Por último, y debido a las numerosas manifestaciones de fe observadas en muchos devotos, quienes llegaban a practicar las más sangrientas penitencias imaginadas, se inició un prolongado debate a través de la prensa de la época entre fray Camilo Henríquez, y el cura dominico fray Tadeo Silva. El primero, citando bases científicas que mencionaban a los "sospechosos" racionalistas Voltaire, Rousseau y Montesquieu, reprobó moderadamente la actitud de tales creyentes apelando al origen natural de fenómeno, para el cual consideraba innecesario brindar tan repugnante espectáculo. El dominico consideró los planteamientos de Henríquez impíos y blasfemos, poniendo incluso en duda las creencias religiosas del adelantado fray Camilo. Intelectuales, autoridades y otros representantes de la sociedad santiaguina se involucraron también en el debate, que se prolongó por varios meses.
FUENTE: Colaboración


19 de noviembre de 1822 - SANTIAGO/VALPARAISO

Ya terminado el período colonial, siendo Bernardo O'Higgins Director Supremo, el 19 de noviembre de 1822, a las diez y media de la noche se sintió un fuerte temblor en Valparaíso seguido de un ruido aterrador. Inmediatamente después, un violentísimo remezón, en pocos segundos, redujo a escombros todas las iglesias del puerto.
La torre de la iglesia de la Merced, situada en el Almendral, se derrumbó sobre su base, quedando intacta como puente apoyada en el otro extremo en los escombros de los edificios.
Valparaíso era entonces la más pujante de las ciudades chilenas. El desarrollo de su comercio y su progreso había sido tan rápido que, de 5.500 habitantes que tenía en 1810, llegaban a 16.000 en 1822.
O'Higgins, que estaba en el puerto, cayó en la puerta del palacio de gobierno; pero alcanzó a ser arrastrado por su ayudante, en el momento que el dificio se desplomaba.
Lord Cochrane, que estaba a bordo de la O'Higgins, bajó a tierra para llevarse al Director Supremo, pero éste decidió quedarse en tierra para mentener el orden y dirigir el salvamento.
Curiosamente, a pesar de la ruina de los edificios, el número el muertos fue reducido. De entre los escombros se extrajeron 66 cadáveres de adultos y 12 de menores. Los heridos llegaron a 110.
El terremoto tuvo además sus efectos políticos. Algunos religiosos que predicaban en las calles, ante los aterrorizados habitantes, atribuían el terremoto a castigo del cielo por los pecados del pueblo y todo el mundo entendía que el castigo les venía por la impiedad del Director Supremo y por la protección que se dispensaba a los extranjeros herejes. La medida dictada por O'Higgins para hacer cesar las procesiones de penitentes que aumentaban el terror de la población, tuvo la virtud de convertir en certeza la creencia de su herejía y acrecentó el deseo de derribarlo para evitar un nuevo castigo del cielo.
FUENTE CONSULTADA: Prensa y Diccionario Histórico de Chile, publicado por Las Ultimas Noticias de Santiago


El terremoto de 1822

Debido a su ubicación sobre el Cinturón de Fuego del Pacífico, Chile es considerado, junto con Japón, como uno de los países más activos sísmicamente en todo el mundo. Los terremotos y erupciones volcánicas son, por tanto, un ingrediente autóctono de la historia chilena. Entre estos eventos, uno de los más importantes fue el terremoto de 1822.
En dicho 1822, hubo un intenso terremoto en Copiapó. Sin embargo, al ubicarse este asentamiento casi en el borde de lo que en ese tiempo se llamaba el “Despoblado de Atacama”, tuvo pocos efectos sociales. Unos meses después, vino otro aún mayor, y éste sí que se ubicó más próximo a la Zona Central. El 19 de Noviembre de 1822, en Valparaíso, hubo un día extraño, con gran marejada, pero sin viento. A las diez de la noche surgió un enorme ruido de la tierra, y ésta se movió. Este primer movimiento fue suave, y muchos pudieron salir de sus casas y ponerse a salvo, y esto en buena hora, porque vino un segundo movimiento, y con éste se desplomaron de golpe todas las iglesias de Valparaíso.
El cronista Longueville Vowell (citado por Leopoldo Castedo) escribe: “El ruido que acompañó al temblor fue espantoso. En vez del ruido normal de los temblores, semejaba descarga de truenos subterráneos, o el de torrentes que arrastran piedras de gran tamaño. Parecía que gruesas capas de granito se removían en las entrañas de los cerros”.
El terremoto duró tres minutos, y en ellos el mar se retiró y regresó tres veces, con olas de hasta cuatro metros. Los escasos muros que resistieron, se desplomaron durante la noche siguiente, en medio de las 36 réplicas posteriores registradas. Por otra parte, en Quintero, el terremoto fue acompañado de una marejada que inutilizó al puerto durante una buena cantidad de año.
Los rateros emprendieron el saqueo, pero después, buscando en los escombros, encontraron a muchos de ellos “aplastados por las murallas con los objetos robados en la mano” (escribe Leopoldo Castedo).
Pero lo que terminó de crear espanto, fue el paso de un meteoro o estrella fugaz. La desesperación popular llevó a la gente a volcarse en la religión, a despecho de la evidencia de que las iglesias estaban tan en el suelo como las casas particulares. Salieron predicadores y religiosos a gritar que el terremoto había sido un castigo del cielo.
Una monja “confesó” haber recibido una revelación, y predijo el fin del mundo para las once de la mañana del día siguiente. Los sacerdotes no perdieron tiempo en hacer propaganda contra el gobierno de Bernardo O’Higgins, reconocido masón que por aquellos años llevaba a cabo reformas profundamente lesivas para la Iglesia Católica, como por ejemplo la creación de un Cementerio General alternativo a los cementerios católicos. Por cierto, O’Higgins apenas salvó con vida, porque esa noche dormitaba justamente en el Palacio de Gobierno de Valparaíso, y tuvo que ser sacado casi a la rastra al tiempo que el edificio entero se desplomaba. Quizás, la renuncia de O’Higgins en Enero de 1823 fue acelerada por el ánimo popular predispuesto en su contra por la excitación que los religiosos hacían de las supersticiones de la gente. En forma paralela, dos frailes, don Camilo Henríquez (el de “La aurora de Chile”, el primer diario de Chile) y el dominico Tadeo Silva, se enfrentaron en un ácido debate a través de la prensa, ya que el primero trataba de contrarrestar el exceso de fervor popular con algunas ideas ilustradas, mientras que el otro defendió las ideas del Catolicismo más fanático, y llegó a acusar a Henríquez de impiedad por darle lugar a las ideas “modernas” y “científicas” de esos sucios revolucionarios franceses.
Por su parte, la impenitente viajera inglesa Mary Graham, que estaba de paso en Chile por aquellos días, dejó una estupenda crónica de los sucesos.
Describe con toques pintorescos, pero también angustiantes, las carpas y ramadas, y pone no poco énfasis en el “poder desmoralizador y relajador de los aspectos sociales de las grandes calamidades”
FUENTE: Blog Historia de América - WORDPRESS.COM, http://sismo24.cl