TERREMOTO, CHILLAN, 24 DE ENERO DE 1939
El terremoto de Chillán de 1939 es la catastrofe que más víctimas fatales ha causado en Chile.
La cifra de víctimas oficiales fue de 24.000, pero otras fuentes aseguran que fueron más de 30.000 los fallecidos. Sólo en la ciudad de Chillán, la mitad de sus 41.000 habitantes habría muerto.
Miles de heridos y cifras de damnificados que variaron entre los 600.000 y más de 1.700.000 personas, dejó este sismo de 7,8 grados de intensidad en la Escala de Richter y grado 11 en la Escala de Mercalli.
La zona asolada no solo recibió la ayuda de los chilenos, sino que vino también desde Argentina y de los barcos de guerra ingleses que se hallaban en aguas nacionales debido a la ya casi declarada II Guerra Mundial.
El desastre en Chillán marcó el inicio de las campañas de ayuda a los damnificados, aquellas que se avivan cada vez que el país sufre alguna gran tragedia.
Asimismo, llevó a decretar la ley de regularización en la construcción, y la creación de la Corporación de Fomento y Reconstrucción (CORFO).
Debido a la gestión directa, en terreno, del Presidente de la República don Pedro Aguirre Cerda, y el liderazgo demostrado durante la reconstrucción, el gobernante ha sido recordado con simpatía a través de los años especialmente en las zonas afectadas por el terremoto.
" Diario Las Ultimas Noticias, 7 de febrero de 1939"
(www.memoriachilena.cl)
(www.memoriachilena.cl)
Terremoto CHILLAN, 24 enero 1939
(www.sismo24.cl/)
A las 11:32 de la noche del 24 de enero de 1939, un sismo catástrofico azotó a las provincias del Maule, Linares, Ñuble y Concepción. En menor grado afectó a las de Bío Bío, Arauco y Malleco. Por el oeste los efectos destructores llegaron hasta la costa. Por el este se sintió hasta Mendoza y Buenos Aires. Hacia el norte se sintió en Valparaíso y Santiago, hasta Temuco por el sur.
La visión aérea de la zona mostraba ciudades con manzanas enteras de edificios completamente destruídos, calles llenas de escombros, grietas en los caminos. Luego, recorriendo a pie las diferentes arterias, encontraron además, cables, postes y árboles en el suelo, gritos de lamentos y de dolor que salían de debajo de los escombros.
El remezón que se sintió en Santiago, sembró la alarma en los habitantes de la capital. El Presidente de la República, don Pedro Aguirre Cerda, apenas pasaron los minutos del temblor, empezó de inmediato a hacer averiguaciones para conocer la intensidad del sismo y las proporciones del fenómeno en el resto del país.
En la madrugada del miércoles 25 tuvo conocimiento que la intensidad máxima del terremoto estaba en el sur. Los informes llegaron desde Talca y la falta de noticias desde más al sur le hicieron tomar la decisión de viajar a la zona afectada.
Chillán fue sin duda la ciudad más afectada. El sismo empezó con una sacudida violentísima que derribó la mayor parte de los edificios; las sacudidas posteriores acabaron la obra de destrozos. De los 3.526 inmuebles, 1.645 se derrumbaron totalmente.
Se interrumpieron los servicios de teléfono, telégrafo, electricidad, la estación de ferrocarril quedó en el suelo, lo mismo que manzanas completas de casas. El Teatro Municipal estaba con cientos de espectadores, la mayoría de los cuales murieron o quedaron heridos. Los servicios públicos comenzaron a funcionar en la plaza.
Escaseó el agua, el pan, la carne y los medicamentos. Cifras del gobierno indicaron para las provincias de Linares, Maule, Ñuble y Concepción, que fueron las más afectadas, un total de 608.260 personas damnificadas (otros datos hablan de 1.765.000 damnificados), de ellas 250.000 quedaron a la interperie.
APUNTES
- Los pobladores de Chillán no tuvieron tiempo de escapar hacia las calles. Eran las 11:32 de la noche.
- La casa de Bernardo O'Higgins, en Chillán Viejo, quedó convertida en polvo.
- Para evitar epidemias se hicieron 454.959 vacunaciones antitifoidea. Los que no murieron por causa directa del desastre sufrieron el efecto mortal de enfermedades y la falta de agua, higiene y alimentos.
- El terremoto afectó desde Santiago a Temuco. En Chillán la intensidad fue de 11 grados. La ciudad estaba completamente destruída.
- En Parral cayeron las murallas de la catedral y las del templo de San Francisco, estas últimas se estaban reparando desde 1928.
- En Florida, los reos de la cárcel quedaron libres al caerse el edificio y bajo palabra de honor ayudaron a la remoción de escombros. y al desentierro de los desafortunados.
FUENTE: Extractos del libro "CATASTROFES EN CHILE 1541-1992 de Rosa Urrutia de Hazbún y Carlos Lanza Lazcano, Ed. La Noria 1993, tomado de Reportajes del Siglo, TVUC-Canal 13
Terremoto en Chillán - 24 de Enero de 1939
Chillán ha sido golpeado múltiples veces por terremotos de magnitud considerable (1751, 1835, 1939, 1953 y 1960), pero es el de 1939 el que marcó un hito en la historia de esa ciudad, debido a los asoladores efectos que prácticamente no dejaron piedra sobre piedra.
A las 23:32 horas del 24 de enero de 1939 la tierra asestó un zarpazo a las provincias de Maule, Linares, Ñuble y Concepción ( aunque la tierra se movió entre Santiago y Temuco, y entre la costa y Mendoza, llevándose consigo 5.648 vidas, según el informe oficial, y más de 30.000, según estimaciones de la prensa.
El presidente de la época, don Pedro Aguirre Cerda, se trasladó al día siguiente hacia la zona afectada advertido de lo grave de la situación, aunque los primeros informes no precisaban la zona del epicentro (inicialmente, al perderse totalmente las comunicaciones con Chillán, se creyó que el mayor daño estaba en Concepción).
El movimiento se inició con una sacudida brusca y violenta, que derribó la mayoría de los edificios, seguida de varias otras menores, que destruyeron totalmente la mitad de las 3.526 viviendas existentes entonces en Chillán. Todas las comunicaciones se cortaron. Adobes, ladrillos y vigas aplastaron miles de personas, algunas de las cuales fueron rescatadas en los días siguientes por voluntarios y marinos de los destructores Riquelme y Serrano, el acorazado Almirante Latorre y las naves británicas Ajax y Exeter y el buque francés Jeanne D'Arc. La Fuerza Aérea, LAN, Panagra, Ferrocarriles del Estado y muchos otros se sumaron al rescate.
Parral, San Carlos, Florida, Bulnes, Quellón, Coelemu, Rafael, Penco, Tomé y Concepción sufrieron daños considerables en sus construcciones.
El sismo fue catalogado como magnitud 7,8 en escala Richter y X en escala Mercalli.
La Catedral de Chillán, que ha sido uno de los edificios más afectados por el terremoto del martes último. Lo único que quedó en pie fué la nave central. Los grandes escombros que aparecen en primer plano corresponden a la fachada que ha caído hacia la calle.
"Una mano poderosa, sobrehumana -la del destino ciego-, debió desgarrar las entrañas mismas de la tierra la noche del 24 de enero. Fue un sacudón epiléptico, luego un largo estertor de agónico, y veinte ciudades y cien caseríos desaparecieron en un turbión denso y oscuro de maderos contorsionados, de muros derruidos, de techumbres que se desploman ahogando los gritos humanos mientras el agro chileno, el suelo generoso, se rasgaba en mil grietas henchido por el esfuerzo doloroso de contener el empuje demoníaco de las fuerzas inanimadas".
Así iniciaba su editorial la Revista "Zig - Zag", el 2 de febrero de 1939 tratando de describir el horror que produjo el fuerte terremoto que asoló la zona sur de nuestro país y cuya ciudad más dañada fue Chillán
La tragedia que cobró entre 8.000 y 10.000 vidas solamente en esta última, movilizó al país y al mundo para ir en ayuda de las víctimas de la catástrofe. Desde Washington el Presidente Roosevelt cablegrafió al Sr. Pedro Aguirre Cerda ofreciendo su ayuda y manifestando sus condolencias y el "New York Times" decía en una editorial sobre el terremoto: "Chile es la región de la tierra donde más tiembla, pues el 21 por ciento de los temblores y terremotos del mundo ocurre cada año en Chile, sí los temblores destruyen las vidas humanas la falta es más bien del hombre que de la naturaleza. Las vidas se pierden porque los edificios se derrumban y estallan los incendios. Es posible evitar algunas de estas consecuencias construyendo de acuerdo con los principios dados por los sismólogos, pero que sólo pueden aplicarse en grande escala en una nación de millonarios".
Ese mismo día las noticias que llegaban de Chillán eran poco alentadoras, el diario "La Hora" señalaba: "En la información entregada por el Estado Mayor del Ejército por intermedio del Ministerio del Interior, se anuncia que el Ministro del Interior señor Alfonso reunió ayer a las 15 horas en la plaza de Chillán a los sobrevivientes para efectuar un recuento de lo que resta de la población. Se agrega que en una reunión celebrada con las autoridades locales se acordó iniciar el traslado hacia el norte de la población civil comenzando con los que quieran hacerlo voluntariamente. Se acordó construir galpones en los edificios públicos, empleando material de los escombros para amparar a los pocos pobladores que tiene ahora Chillán".
El Presidente, don Pedro Aguirre Cerda muy conmovido al regreso de su viaje a la zona de la tragedia entregó a la prensa el día 30 en la noche el siguiente manifiesto:
"Una de las regiones más ricas y prósperas del país ha sido convertida en un montón de ruinas y miles de hogares chilenos están siendo sometidos a una terrible prueba. He regresado de la zona devastada con la sensación de un luto nacional; Talca, Linares, Maule, Ñuble, Concepción y Bío-Bío están bajo el peso de un intenso dolor.
El Gobierno y el pueblo de Chile, han encontrado en medio de esta prueba un motivo de complacencia: la generosa solidaridad universal en el dolor. El país está movilizado en un impulso humanitario y más allá de las fronteras el drama chileno está encontrando un eco tan humano que mitiga en parte la desgracia. El Gobierno tomó y está tomando serias y urgentes medidas de emergencia para reparar las necesidades inmediatas. Estoy conmovido de la cooperación unánime del pueblo unificado en un poderoso sentimiento de ayuda para las regiones destruidas. Miles de obreros están aportando su cooperación personal y desprendiéndose de sus modestos óbolos para disipar el dolor de sus hermanos.
Pero esta situación eventual no puede prolongarse. Es indispensable proceder en seguida a la restauración de los pueblos devastados. El país ya lo está pidiendo, deseoso de reconstruir sobre las ruinas poblaciones más prósperas, más florecientes, que las que abatió esta calamidad del destino. La vida no puede detenerse y es urgente iniciar la obra definitiva. Fortalece el espíritu y da confianza contemplar la reacción viril y serena del país.
Interpretando este impulso heroico que anima al pueblo de Chile, he prometido en mi visita a las regiones transidas por la tragedia no sólo enterrar sus muertos, no sólo socorrer a los heridos y damnificados, sino, además, encarar inmediatamente la reconstrucción de las ciudades devastadas, reanimar la vida y el trabajo, salvar su agricultura y su industria, hoy en grave peligro. El país ya ha movilizado su espíritu y sólo espera la voz de partida para proceder a restaurar lo que aniquiló el destino.
Con este fin me apresuro a enviar al Parlamento un proyecto de ley que consulta algunas medidas indispensables de emergencia que permitirán dar forma a estos propósitos. Estoy seguro de que el parlamento concurrirá sin dilaciones a cooperar a esta cruzada patriótica.
Me da tal fuerza la demostración de solidaridad que he sentido en torno mío estos días que estoy seguro que sabré vencer todos los obstáculos, por difíciles que sean, para cumplir mi deber y mi promesa de chileno y de gobernante".
Cálculos para la reconstrucción
Ya a comienzos de febrero la Subsecretaría de Comercio pudo entregar un estudio de los gastos que tendrían que hacerse para la reconstrucción de la zona devastada por el terremoto, llegando a la conclusión, -como dijera "La Hora" del 4 de febrero- que es necesario invertir no menos de 1.719 millones de pesos. Esta suma -según expresaba el informe- tendría un error probable de un 20 por ciento, pues los cálculos se habían efectuado de acuerdo con el censo de 1930 y desde entonces la población había tenido un aumento del 16 por ciento.
Entrevistado por Zig Zag en el ya citado ejemplar el diputado por Concepción, señor Natalio Berman narraba: "En Chillán, la histórica ciudad, cuna de O'Higgins, no han quedado más de cinco edificios en pie. El resto forma un hacinamiento de ruinas. Las calles presentan un aspecto desolado. Los que las recorren llevan impreso para siempre el sello que les dejó la tragedia. Caminan, sin saber para dónde, como empujados por una mano invisible y por un recuerdo que persiste con características trágicas".
* Alrededor de la Plaza se ubicaba la Catedral, que fue destruida completamente por el sismo. Veinte años demoró en ser reconstruida en el mismo sitio y hoy representa el edificio más característico de la ciudad. Concebida en forma ojival representa manos que se entrecruzan por los dedos que salen de la tierra, para recordar a los 20.000 ciudadanos fallecidos en el gran terremoto del año 1939. Al frente hay una cruz imponente que se levanta en 36 metros sobre el terreno, símbolo de resurrección que extendiendo sus brazos de sur a norte del país expresa el agradecimiento de esta ciudad a la ayuda recibida desde todos los países del mundo.
FUENTE CONSULTADA: VI-e Virtual Educativo / Chile en el siglo XX
Através de la historia de la ciudad de Chillán, esta ha sido golpeada por múltiples terremotos de gran magnitud, pero es el de 1939 él que marcó un hito debido a que destruyó casi totalmente la ciudad.
El día 24 de enero de 1939 la zona sur de nuestro país fue testigo de uno de los movimientos telúricos más fuertes de la historia del mundo, ya que se llevó consigo alrededor de 30.000 personas.
El movimiento comenzó con una violenta y brusca sacudida que derrumbó gran parte de los edificios de la ciudad.
El sismo fue catalogado con una intensidad de 7,8 grados en la escala de Richter y de 11 grados en la escala de mercalli.
Sin lugar a dudas el edificio más afectado fue la catedral de la ciudad, quedando en pie solo la nave central.
El Presidente de la época, don Pedro Aguirre Cerda viajó a la zona afectada al día siguiente ya que los primeros informes no precisaban el epicentro y las comunicaciones con Chillán estaban totalmente cortadas.
Adobes, ladrillos y vigas aplastaron a miles de personas, de las cuales sólo algunas fueron rescatadas por voluntarios y marinos de los destructores Riquelme y Serrano, entre otros.
Desde Washington el presidente Franklin Delano Roosvelt cablegrafió al Presidente Aguirre Cerda ofreciendo su ayuda.
El presidente chileno muy conmovido al regreso de su viaje manifestó: "Una de las regiones más ricas y prósperas del país ha sido convertida en un montón de ruinas y miles de hogares chilenos están siendo sometidos a una terrible prueba. He regresado de la zona devastada con la sensación de un luto nacional; Talca, Linares, Maule, Ñuble, Concepción y Bio-Bio están bajo el peso de un intenso dolor".
Alrededor de la plaza se ubicaba la catedral que fue destruida totalmente por el sismo. Su reconstrucción demoró veinte años. Representa manos que se entre cruzan por los dedos que salen de la tierra para recordar a los ciudadanos fallecidos en el terremoto del año 1939. Al costado hay una importante cruz de 39 metros de altura, símbolo de Resurrección que extendiendo sus brazos de norte a sur del país expresa el agradecimiento de la ciudad a la ayuda recibida desde todos los países del mundo.
FUENTE CONSULTADA: Web Chillán Histórico-Cultural - Terremoto 1939
El terremoto de Chillán:
"Revista Ercilla Extra 2.000 Semanas, 1933-1973"
La Catedral de Concepción quedó seriamente dañada,
debiendo ser demolidos sus dos campanarios
("Terremotos y Tsunamis en la Región del BíoBío", Jorge Quezada Flory en www2.udec.cl)
El terremoto de Chillán:
"Así lo Vío Zig Zag", 1980
Chillán recuerda a 69 años de la tragedia
(www.sismo24.cl)
TESTIMONIO SOBRE ESE DÍA
Ese día 24 Fabián Blásquez Sánchez, dueño de la ya desaparecida tienda Almacenes Mundiales, se encontraba en una cena en el Centro Español y su sorpresa fue tamaña al percatarse de que el único edificio en pie que quedaba en el sector era el suyo. Ese día también dos amigos de él que de vuelta de la comida, cuando los pilló el terremoto, corrieron a refugiarse en la cornisa del Gran Hotel y murieron aplastados cuando se desmoronó la construcción.
El edificio que estaba separado en seis casas, luego del movimiento telúrico, albergó según el actual morador, a algunas familias que buscaban refugio, además de la Jefatura de Plaza del Regimiento Chillán, que como casi todo lo que encontró a su paso fue arrasado.
Días después también llegó al lugar el presidente de ese entonces, Pedro Aguirre Cerda junto a su esposa, quienes se encontraban de vacaciones en las Termas de Chillán.
Quien también dejó un testimonio en un libro recopilatorio donde se rememora este hecho fue el padre Ramón Ángel Jara, citando al padre franciscano, Artemio Valderrama quien escribió “era a la sazón presidente de Chile don Perdo Aguirre Cerda, se encontraba de vacaciones en las Termas de Chillán junto a su señora esposa doña Juanita de Aguirre Cerda, bajó a ver la desgracia y se hospedó en la casi única casa que quedó parada y que era del señor dueño de Almacenes Mundiales, don Fabián Blásquez Sánchez”.
PREOCUPACION EN SANTIAGO: Chillán despertó temblando
El remezón que se sintió en Santiago, sembró la alarma en los habitantes de la capital. El Presidente de la República, don Pedro Aguirre Cerda, apenas pasaron los minutos del temblor, empezó de inmediato a hacer averiguaciones para conocer la intensidad del sismo y las proporciones del fenómeno en el resto del país.
En la madrugada del miércoles 25 tuvo conocimiento que la intensidad máxima del terremoto estaba en el sur. Los informes llegaron desde Talca y la falta de noticias desde más al sur le hicieron tomar la decisión de viajar a la zona afectada. Escaseó el agua, el pan, la carne y los medicamentos. Cifras del gobierno indicaron para las provincias de Linares, Maule, Ñuble y Concepción, que fueron las más afectadas, un total de 608.260 personas damnificadas (otros datos hablan de 1.765.000 damnificados), de ellas 250.000 quedaron a la interperie.
Pereció la mayoría de los habitantes de Chillán. El teatro se vino abajo aplastando a todas las personas que asistían a la función.
Chillán fue sin duda la ciudad más afectada. El sismo empezó con una sacudida violentísima que derribó la mayor parte de los edificios; las sacudidas posteriores acabaron la obra de destrozos. De los 3.526 inmuebles, 1.645 se derrumbaron totalmente.
Se interrumpieron los servicios de teléfono, telégrafo, electricidad, la estación de ferrocarril quedó en el suelo, lo mismo que manzanas completas de casas. El Teatro Municipal estaba con cientos de espectadores, la mayoría de los cuales murieron o quedaron heridos. Los servicios públicos comenzaron a funcionar en la plaza.
En los días siguientes, el olor de los cadáveres en descomposición penetraba por toda la ciudad. La ayuda solidaria de los sobrevivientes, ayudó a superar la precaria situación, pero los oportunistas de los despojos tampoco fueron ausentes. El Presidente de la República Pedro Aguirre Cerda visitó la ciudad y ordenó la reconstrucción.
De 41.000 habitantes que tenía la ciudad en esa época, más de 25.000 perecieron por el sismo.
No hubo familia que no llorara algún deudo.
La cruz que hoy luce la catedral de Chillán, iniciada con empeño a fines de 1939 y terminada 20 años después, recuerda a los que terminaron su vida terrena con el terremoto. Sus 36 metros de altura son un símbolo de los casi 40 mil muertos que produjo el cataclismo en el sur de Chile, la mayor pérdida en vidas debido a un terremoto en el país. FUENTE CONSULTADA: DIARIO La Discusión, Chillán, 13 de Abril de 2008
El Presidente Pedro Aguirre Cerda visitando las zonas afectactas
70 años de 1939
(www.sismo24.cl/)
Hace 70 años nuestra ciudad sufrió el más duro golpe de su historia.
El terremoto llegó de improviso y en instantes derrumbó todo, tomando miles de vidas y grabando a fuego el carácter de los que se quedaron a levantar una ciudad que - tras la tragedia- era una quimera.
Era una noche común de verano y nada presagiaba que la tierra golpearía con tal violencia a nuestra ciudad, pero el terremoto llegó de pronto y de paso, una estela de muerte y destrucción azotó como nunca antes y después a nuestra querida tierra.
ENTRE QUIRIHUE Y NINHUE
Las causas del terremoto hoy ya están claras y los estudios indican que se debió a una ruptura de la placa de Nazca, a diferencia de la mayoría de los movimientos chilenos que son producto de la fricción entre dicha placa y la continental.
El terremoto tuvo una magnitud de ocho grados en la escala de Richter y el epicentro fue en algún lugar comprendido entre Quirihue y Ninhue, a unos 100 km. de profundidad. El sismo fue el resultado de tensiones subterráneas que quebraron la placa oceánica en la profundidad. Por ello ocurrieron transformaciones geográficas, como la elevación de un metro de la cordillera de la costa en relación a la planicie litoral y también la observancia el mismo fenómeno en la depresión central, a la altura de Quillón.
El sismo fue percibido en prácticamente en todo el país a excepción de Magallanes, pero el territorio » que actualmente ocupa la Octava Región fue el más dañado, siendo Chillán la urbe con mayor grado de destrucción. De los 41 mil habitantes que tenía la ciudad, 25 mil perecieron por los estragos que produjo el movimiento telúrico. Concepción también fue dañado de gravedad: Casi la mitad de sus edificaciones cayó y el resto de su infraestructura pública sufrió serios y cuantiosos daños que demoraron casi una década en ser subsanados.
“LOS PERROS AULLABAN”
“Recordando después de tantos años, siempre me ha llamado la atención el hecho de que los perros aullaran tanto y que incluso las vacas hicieran ruido antes del temblor”, señala Gustavo Quezada Herrera, agricultor de 93 años y a quien el terremoto lo encontró junto a su familia viviendo cerca de San Nicolás.
Hoy está casi probado científicamente que los animales perciben antes que los humanos la » cercanía de una catástrofe, pero en aquel tiempo ni él ni su padre advirtieron dicha correlación.
“Todo empezó a moverse y grité a los demás que salieran rápido. "la casa no cayó, pero dormimos lo que pudimos esa noche con temblores a cada rato y veíamos desde el “alto”, en que estaba la casa, los incendios que habían en Chillán. Teníamos unas primas de visita y yo le había pasado mi pieza a mi papá, por suerte, porque un escritorio de patas anchas lo cubrió de los adobes que cayeron”, dice hoy mirando al cielo perdidamente, signo inequívoco de que está hurgando en recuerdos.
Gustavo Quezada es aún un hombre ágil, pero hace 70 años lo era más aún y esa noche antes del alba tomó su caballo y se vino al galope a Chillán. En el río Ñuble no tuvo problemas para pasar, pero el espectáculo que vio desde la Cruz de Rifo (actual avenida Francia) lo marcó para siempre:
“Por donde entré sólo lo que es hoy el Club Ñuble y la casa de los Etchevers estaba en pie.
"Estaba desolado. Yo vine a ver la casa que teníamos en Arauco y para saber cómo estaban algunos familiares. Recuerdo el olor que había a los dos o tres días después del temblor. No se podía respirar por la descomposición. Menos mal que a un niñito lo sacaron como una semana después de entre los escombros”.
Luis Avilés Mora nació en Chillán hace 84 años, pero el destino quiso que fuera testigo del terremoto en Canelillo, un antiguo villorio ubicado entre Yungay y Pemuco, en donde su padre estaba a cargo del retén policial. “Vivíamos en el mismo retén con el resto de la familia. No recuerdo temblores ni nada que presagiase lo que iba a ocurrir. El terremoto nos pilló durmiendo y- aunque la fuerza del temblor era para que todo se fuese al suelo- el retencito de madera aguantó el movimiento. Yo medio dormido me di cuenta de todo cuando ya estaba afuera. Sque era grave lo que había pasado cuando vi que pasaban vehículos tanto para Chillán como para Yungay”, recuerda el también carabinero- hoy en retiro- sobre la noche de la tragedia".
Don Luis tenía un hermano mayor que fue enviado por su padre a Chillán para saber sobre el resto de la familia. El traspaso oral permanece aún indemne: “Cuando él llegó tuvo que caminar por arriba de los escombros para llegar a la casa de los abuelitos, que estaba en Sargento Aldea al llegar a Itata.
RUINAS EN LUGAR DE CALLES
Tras los dos minutos con 45 segundos que se extendió el movimiento telúrico, todo era una nube de polvo. Un estremecimiento brusco había sido el primer signo que dio luego paso a la insondable vorágine de la naturaleza. En medio de la noche, algunos creyeron que estaban soñando. Prácticamente nada había quedado en pie.
Todo quedó en silencio. En medio de la oscuridad profunda. La tierra confirmando la condición de caos inundaba el aire. Los que intentaban volver a respirar sólo sentían su aroma.
Luego comenzaron los gritos incesantes, el llanto desde los distintos rincones derruidos.
Lo que antes habían sido paredes y edificaciones cayeron de rodillas ante calles que perdían su significado y su nombre. También se convirtieron en daga abrasadora que dejó entre las sombras más de alguna vida. Cuando ya aclaraba, quedaría en evidencia la ausencia de muchos. La escena de mayor horror estuvo en el teatro, muy concurrido en sus funciones de selecta y noche. Se presentaba “Un rey sin corona”. La marquesina aplastó a espectadores y transeúntes. Se recuerda que por las gradas corría la sangre. Más de 200 personas murieron. Sólo se contaron 10 sobrevivientes.
Esa misma noche los bomberos, con los medios que les era posible tener, debieron salir a apagar algunos incendios. La Botica El Sol, fue uno de los lugares que conoció el fuego tras el sismo. La tragedia engendraba nuevas tragedias.
FUENTE: Diario La Discusión, Chillán (Enero 2009)
Violenta Recalada a Talcahuano
(www.mardechile.cl/, 20 de enero de 2009)
Hace 70 años cerca de la medianoche del fatídico día 24 de enero de 1939, el crucero “Blanco Encalada” de la Armada de Chile hacía su entrada al puerto de Talcahuano, cuya tripulación fue tomada por sorpresa al sentirse a bordo sucesivos remezones que hicieron pensar en un comienzo una posible colisión, pero como se perdieron de vista los faros Quiriquina y Tumbes con apagones e incendios en la ciudad, se pensó inmediatamente en una tragedia.
Una de las zonas más afectadas por el sismo fue Tomé y sus alrededores que necesitaba con urgencia asistencia de toda clase. Por este motivo la Superioridad Naval dispuso que el “Blanco Encalada” zarpara rápido hacia esa ciudad llevando a bordo materiales humanos, sanitarios y víveres en un esfuerzo supremo por ayudar y consolar a la afligida población. En el navío se hizo el pan para la población mientras se rehabilitaban las panaderías destruidas.
En esta gigantesca tarea, donde toda la ciudadanía se unió sin discriminación de credos ni ideas políticas, el centro de gravedad de la acción lo llevó la Armada. 80 oficiales y seiscientos hombres de tripulación honraron a la historia naval de Chile en esta humanitaria labor. Días más tarde llegó a Tomé el destructor “Riquelme” llevando a bordo el Presidente de la República don Pedro Aguirre Cerda, quien tuvo palabras de franca aprobación, elogios y confianza para la institución, felicitando públicamente el trabajo de sus dotaciones.
Terremoto en Chillan, Chile: acción del 30 de Enero al 12 de Febrero de 1939
(www.institutoaeronaval.org, 2 de marzo de 2010)
En colaboración con la Cruz Roja Argentina la Armada envió un avión Cóndor 3-Gt-2 equipado con camillas y elementos sanitarios para traslado de heridos. Este fue el único avión que operó en la zona del desastre.
Se efectuaban dos viajes diarios de ida y regreso entre Chillán y Santiago de Chile con un total de más de 50 vuelos. Tripulación: Piloto Teniente Armando Payer, Copiloto Suboficial Andrés Bazzani- Mecánico Suboficial Martedi- Radio operador Cabo 2do.Antonio Silva. El Cóndor salió de Morón el 28 de Enero de 1939 en vuelo con etapas en Villa Mercedes, Mendoza y Los Cerrillos, llegando el 30 de Enero. De Los Cerrillos operó en vuelos entre Chillán y Concepción y Cerrilos. Regresó el 12 de Febrero de 1939.
(www.mardechile.cl, 17 de enero de 2008)
Los cruceros ingleses Exeter, Ajax y Achilles que normalmente patrullaban la costa occidental de América en prevención al estallido de la Segunda Guerra Mundial, tuvieron una destacada actuación al producirse el violento terremoto que asoló el sur de Chile a las 23:32 horas del día 24 de Enero de 1939, causando estragos, desolación e incertidumbre y preocupación al recientemente asumido gobierno del Presidente don Pedro Aguirre Cerda.
Las mencionadas unidades de guerra de la Armada de Su Majestad Británica, se encontraban desarrollando estas actividades frente a las costas chilenas cuando se produjo el sismo que devastó principalmente a las ciudades de Concepción, Chillán, Talcahuano y Tomé. Conocida la noticia a nivel mundial, el Gobierno inglés dispuso que estos buques se pusieran de inmediato a las órdenes del Gobierno de Chile, con la finalidad de socorrer a la población.
Coordinadas estas operaciones de ayuda con autoridades de la Marina de Guerra de Chile, los navíos se dirigieron al puerto de Talcahuano integrándose a las faenas de salvataje que ya realizaban en la zona el acorazado Almirante Latorre y Crucero Blanco Encalada. En esta oportunidad, las dotaciones británicas armaron hospitales de campaña, transportaron centenares de heridos a Valparaíso con la colaboración de Oficiales y Suboficiales de nuestra Armada, asistieron a los pacientes más necesitados, otorgaron protección médica y alimentos a los lugareños.
En esa época y como se temía, el 1 de septiembre de 1939 estalló la Segunda Guerra Mundial y los mencionados cruceros Exeter, Ajax y Achilles se enfrentaron el 13 de diciembre de ese año en batalla con el poderoso acorazado de bolsillo alemán Graf von Spee frente a las costas de Montevideo, Uruguay. Un episodio bélico- naval que quedó registrado en la historia como la tragedia que costó la vida a decenas de marinos ingleses que tanto contribuyeron con su ayuda en el levantamiento moral y material de nuestro país.
Es por ello que pienso que nunca es tarde para rendir un homenaje de gratitud a tan heroicos como humanitarios tripulantes, que desinteresadamente nos tendieron una mano en un tiempo tan convulsionado al nivel del quehacer internacional.